un año hace ya que me hablaste por teléfono por que sabías que yo no iba a marcarte ese domingo. nunca fuimos afines a celebrar el día del padre, y la carrilla en el restaurante habitual de dominguito y encima día festivo me daba más argumentos para no querer celebrar ninguna otra cosa que mi regreso a casa. me agarraste en los lockers cambiándome el disfraz de cocinerita por la chamarra verde.
llovía en palmas.
te dije que ya venía a verte,
me dijiste que me diera prisa.
cuando llegué ya era tarde para hablar otra vez.
te extraño de un modo raro.
supongo que uno aprende a vivir todos los dias con eso.
siempre te voy a extrañar.
1 comentario:
Ismene, una aprende a vivir con eso, sin duda. Pero, al menos en mi caso, el dolor queda ahí, apareciendo todos los días. Hay algo que no cesa de apretar la garganta.
Sí, siempre los vamos a extrañar.
Muchísimos saludos.
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