Segundo: humidity dropped down. El viento cambió de dirección y ahora domina la dirección tierra-mar, lo cual implica que la humedad presente en el aire baja, los cielos se limpian de la brisa baja y en su azul saturadísimo se dibujan cirrus muy altos, nubes como rebaños de borreguitos que se mueven con velocidad. Lo más drástico y hermoso del lanscape es el detalle con que se muestran la Punta Banda y las dos islas de Todos Santos, frente la bahía, como ya no hay humedad entre ellas y la orilla del mar desde donde yo las veo, su fisionomía es evidente: las caras de sus cerros, los riscos y rocas que se les desmoronan en el Pacífico, la verde planicie que sostiene al faro, y el estrecho que separa a las dos islas y que desaparece a veces dando la ilusión de que las dos son una.
Tercero: la luna y su noche. Las lunas de otoño son únicas, cualquiera aficionado a su observación sabe que en otoño la luna es caprichosa. La inclinación de la tierra, la posición del planeta conrespecto al sol, el cacho de atmósfera que atraviesa transversalmente su imágen para llegar a nuestros ojos, no sé en realidad cual es la causa, pero sé que el efecto es una luna gigante, de esas a las que parece que uno puede subirse desde cerro cuando ella comienza a trepar a la bóveda de estrellas. El atarceder parecía ayer estar en llamas. Ese naranja fuego que sólo se incendia en esta temporada. Los naranjas se barren a los rosas y los morados de menor intensidad. De día la luz naranja reina también, en una suerte de iluminación technicolor que se vierte sobre los cerros y las casitas.
2 comentarios:
esta hermoso. dan ganas treparse a la luna....
yo tenía un cuento ruso en el que un gato subía desde un cerro a la luna que se hacía grandota grandota de lo cerca que pasaba cuando apenas subía al firmamento.
sobrevolaba en gato todo el pueblo desde la luna... y al caer la luna de nuevo al horizonte el gato bajó a tierra bañado de polvo de luna que lo hacía relucir como una lámpara encendida.
Hay que ser muy observadores para dar con el día exacto en el que la luna pase lo cerca suficiente del cerro para treparla. Yo he visto por donde cae, es un poco retirado pero bien lo vale el paseo, si llevamos ropa abrigadora no pasaremos frío. Vamos.
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