
-De piña.
En la imagen mi papá don Francisco, Berencie mi hermana a la derecha y yo en mameluco rosa, igual de greñuda que 29 años después
A pregunta expresa de Viviana sobre lo que podríamos hacerle a un lomo de puerquito:
Ingredientes
Hacer el aliño: Lavar y picar fino las hojitas de romero y tomillo. En mortero (o algún procesador que logre una consistencia pastosa) machacar los ajos, agregar las hierbas, la pimienta y el aceite. Reservar.
Marinado inicial: a la pieza de lomo se le hace un corte longitudinal a lo largo de toda la caña sin atraversarlo, de modo que se abra como un libro más largo que ancho, como una revista Algarabía. En la abertura del lomo se unta la pasta de hierbas, se cierra y para fines de embellecimiento de la pieza final se recomienda bridar o atar la cañita de carne unos cinco nudos para que mantenga su forma al contacto con el fuego. Puede hacerse este marinado con dos horas o mas de anticipación.
Aprox. una hora y media antes de servir el horno se enciende a 200º C. Las papitas de cambray se cortan a la mitad o cuartos si son grandes.
Sellado: se coloca al fuego una sarten grande donde quepa la pieza. El lomo se sazona con sal y pimienta y cuando este bien caliente la sartén, se agrega aceite suficiente para lubricar la superficie y la pieza se dora por el exterior.
Horneado: Colocar la pieza sellada al centro de una fuente de vidrio, cerámica o metal engrasada. Rodearla con las papas de cambray sazonadas con sal, pimienta y un poco de aceitede olivo. Hornear destapado por 25-40 minutos según el agrado del termino de cocción, el tiempo puede prolongarse. A mi me gusta el cerdo cuando tiene el centro aun rosita, medio crudón y los jugos que suelta son rosaditos también, hay a quien le gusta mas hecho... cualquier caso se checa la cocción pinchando, verificando color interno o bien al tacto: entre más cocido más resistente al pincharlo con el dedo; menos cocido, más elástico.
Reposado: Una vez que ha alcanzado el punto de cocción deseado retirar del horno y tapar con una hoja de aluminio, reposar la pieza a temperatura ambiente por espacio de 15 a 20 minutos.
Servir: Con cuchillo o tijeras retirar el hilo de bridar. Puede llevarse la fuente a la mesa y ahi mismo cortar, o bien colocar la pieza en una tabla y cortar aparte, acompañando de las papitas.
Este mismo procedimiento puede ser la base de otra receta en la que el lomo no se parte, solo se aliña por fuera:
Aliño: En sarten gruesa y caliente tostar las semillas y el resto de las especias aromáticas con cuidado de no quemarlas, removiendo constantemente por espacio de unos segundos y retirardolas de la superficie caliente. En un mortero machacarlas hasta volverlas polvo, machacar también los ajos. Agregar el aceite, remover, incorporar y reservar.
Fiu!
Segundo: humidity dropped down. El viento cambió de dirección y ahora domina la dirección tierra-mar, lo cual implica que la humedad presente en el aire baja, los cielos se limpian de la brisa baja y en su azul saturadísimo se dibujan cirrus muy altos, nubes como rebaños de borreguitos que se mueven con velocidad. Lo más drástico y hermoso del lanscape es el detalle con que se muestran la Punta Banda y las dos islas de Todos Santos, frente la bahía, como ya no hay humedad entre ellas y la orilla del mar desde donde yo las veo, su fisionomía es evidente: las caras de sus cerros, los riscos y rocas que se les desmoronan en el Pacífico, la verde planicie que sostiene al faro, y el estrecho que separa a las dos islas y que desaparece a veces dando la ilusión de que las dos son una.
Tercero: la luna y su noche. Las lunas de otoño son únicas, cualquiera aficionado a su observación sabe que en otoño la luna es caprichosa. La inclinación de la tierra, la posición del planeta conrespecto al sol, el cacho de atmósfera que atraviesa transversalmente su imágen para llegar a nuestros ojos, no sé en realidad cual es la causa, pero sé que el efecto es una luna gigante, de esas a las que parece que uno puede subirse desde cerro cuando ella comienza a trepar a la bóveda de estrellas. El atarceder parecía ayer estar en llamas. Ese naranja fuego que sólo se incendia en esta temporada. Los naranjas se barren a los rosas y los morados de menor intensidad. De día la luz naranja reina también, en una suerte de iluminación technicolor que se vierte sobre los cerros y las casitas.
Estas son unas almejas chocolatas, las de arriba están cerradas, las de abajo están abiertas.
Otra peculiaridad culinaria local son los tacos. Las taquerías de carne asada le imprimen a sus sabrosos bisteces norteños el sello del ahumado de las brasas que los distingue, en el Paisa, en la 20 de noviembre casi con la calle 10, las tortillas de maíz las echan constantemente dos chicas al fondo de la taquería que están paradas frente a un gran comal y que sólo se dedican a echar y echar tortillas. En os Tacos “Las Brisas” en el Bulevard Costero a la altura de la Antigua Extensión Universitaria, hoy Escuela de Artes de la UABC, lo que echan constantemente al comal son las tortillas de harina y además hay tacos de tripita bien frita. Los fish taco otro clásico local, de pescadito rebozado y frito en tortilla con mayonesa rebajada, repollo (col blanca) en tiritas, salsa pico de gallo y cebollitas curtidas en vinagre con oregano.
Tamales los hay, como en todo México, pero a diferencia de los propios del centro los rellenos son poco variados: carne cerdo o pollo guisado con papas, chile california y aceitunas en un recaudo de cebolla y tomate con comino. Un guisado delicioso, el mismo que también rellena rico burritos y empanadas. Los tamales dulces no son rositas, son color tamal y generalmente tienen pasitas y piña en cubitos. Éstos ricos antojitos pueden adquirirse en el centro al caer la el fresco de la tarde que es cuando las tamaleras se ponen vender sus bizcochos de maíz servidos con frijoles pintos y ensalada de codito, también los puedes encontrar en los puesto tamaleros camino a la Bufadora, atractivo natural local, donde también expenden grandes frascos de aceitunas, otro ingrediente protagónico cotidiano en Ensenada.
En virtud de las migraciones que tienen lugar de manera asidua en esta región del país la cultura de la comida local se diversifica según la procedencia de los migrantes. En el destierro la comida, la religión y las costumbres cotidianas mantienen vivo en la memoria el recuerdo del terruño y así comunidades como la japonesa, china y coreana han promovido las tradiciones de sus raíces étnicas en diferentes restuarantes en la ciudad; también es curioso observar la facilidad con la que uno puede encontrar birria, un cocido tradicional jalisciense, en las calles de la ciudad.
Ensenada de pronto se puso de moda. Los viñedos en el Valle de Guadalupe se multiplican y tomar vino mexicano se ha vuelto parte de las costumbres snobianas de nuestro país. Las proyecciones de Ensenada como tierra de vinos y destino turístico del tipo “wine country” la promueven en diferentes canales, yo lei una especial de destinos de la revista Sunset que incluye a la región vinícola de Ensenada, así mismo en revistas nacionales como Gourmet, Sabor e Arte, Gastronómica la región y sus ingredientes, primordialmente los mariscos, el pescado y el vino, ocupan espacios constantemente, estas publicaciones reseñan a famosos chefs nacionales como Enrique Olvera de Pujol o Gabriela Cámara de Cantramar o Benito Molina de Manzanilla y a extranjeros como Charlie Trotter de The One and Only, los Cabos, que adquieren desde esta ciudad los mariscos y pescados frescos para transformarlos en sus cocinas. El abulón, el erizo, los atunes de encierro y las conchas de cultivo se cotizan en el mercado gastronómico mundial y por fin! Ensenada se cuestiona por qué los coreanos y japoneses pagan tan buen precio por los productos de nuestro mar, y dejan un poco de su extracción y pesca en localidad para que algún loco lo compre lo cocine y se lo coma, Qué gran suerte!
En los montes desde donde me subo a ver el atardecer crece un hinojo silvestre de flores amarillas anisadas y hojas despeinadas como cabellos de elote. Muy aromático. En San Antonio de las minas y en el vecino Valle de Guadalupe hay ranchos productores de hortalizas de variedades extrañas y hierbas aromáticas. Hay mucha lavanda sembrada, ésta junto con el romero y el tomillo gustan de los suelos de granito de éstos valles, y del extremoso clima de tipo mediterráneo que por estos lares impera: muy caluroso de día, frío de noche, tal y como le gusta a la vid y al olivo. Aceituna y aceite de oliva se produce de calidad lo mismo que uvas para hacer el vino y también uva de mesa como la Thompson y la Red globe.
menú
primer tiempo
Ensalada de arúgulas tiernas con callo catarina
segundo tiempo
Ostión kumamoto escondido en gazpacho
tercer tiempo
Rockot al sartén con mayonesa de ajo y aceite de oliva local con verduritas tiernas
postre
Sopa fría de cítricos con granizado de verbena
La arúgula es una hoja de origen italiano (ruccola en su lengua original) de sabor picante y astringente. La siembra de la planta provee de dos a tres cortes, en adelante la hoja crece muy fibrosa y de sabor muy pronunciado. La arúgula que serviremos esta noche es el primer corte de la planta (de hecho conserva aun los cotiledones, es decir el primer brote) llevado a cabo la mañana del lunes en el rancho El Mogor en el Valle de Guadalupe, donde el tratamiento de los cultivos es de tipo orgánico.
El ostión kumamoto es una clase rara de bivalvo cuyo tamaño es diminuto y es consumido en cantidades por la nación nippona. El sabor es delicado y entre los ostiones a éste se le tiene gra aprecio en el mundo gastronómico. En Ensenada hay varias granjas productoras de kumamoto que cultivan sus conchas en ambientes controlados de modo que no existe riesgo de contaminación por filtración de agua marina contaminada al consumirlos. El gazpacho en el que se esconde el kumamoto de esta noche está elaborado con tomates rojos heirloom (cuya naturaleza ha sido comentada ya en este espacio en la entrada Tomates de colores!) provenientes del Mogor.
El pescado del plato fuerte permanecerá como incógnita hasta la mañana del martes, y eso se debe a que no lo voy adquirir hasta entonces, garantizando su frescura. Lo acompañamos de una mayonesa elaborada con huevos frescos de granja del rancho de Ivette Vaillard, el Mogorcito (encayado en el Valle de Guadalupe y vecino al Mogor, sitio que ya se describió antes en este sitio bajo la entrada Más reseñas!) y aceite de oliva prensado en frío elaborado por mi santa madre, Eva Cotero, de aceitunas tipo Misión y Manzanita crecidas en los olivares de San Vicente al sur de Ensenada. Acompañamos el pescado con verduritas tiernas.