martes, 26 de febrero de 2008

Con licencia para qué?

Pues finalmente llegué a la última página de mi tan odiada cartilla de titulación. El pasado viernes 15, en el momento mismo que el suelo se estremeció y la bomba explotaba en Ave Chapultepec, yo tomaba un taxi en Río Nazas con dirección al caótico Centro Histórico, cargada con mi mochila roja, dos botellas de vino tinto sin etiqueta y un decantador, enfundadita en mi vestido de piedritas café y mis zapatos rojos de la buena suerte.

Así llegué bien super cool a defender mi examen profesional al Claustro de Sor Juana cuando de pronto observo que en el gran patio de mi ex-escuela se estaba desarrollando una suerte de kermes con brincolín (futa! no cabe duda que el Claustro es lo más parecido a un kinder que hay...) y todo el kit. Haciendo uso de la vena maldita y saca sangre que ese lugar siempre brotó en mi, logré que los monitos que estaban instalando sus bocinotas al lado del Aula Magna donde minutos después yo hablaría como taravilla, se abstuvieran de prenderlas y musicalizar mis nervios.
Noten la tensión y los ojos de loca en mi expresión del nervio captado sabiamente por la siempre agil lente de mi comadre Alicia.

Eventualmente la hora llegó, y me tuve que calmar y ponerme a decir cosas como loca mientras pasaba una tras otra mis diapositivas en la pantalla. Mi orangután favorito y su señora esposa, mi madre, llegaron un poco tarde por que la bomba explotó muy cerca de mi casa y se hizo un caos del demonio. Sin embargo el timing no pudo ser mejor (la pura prescencia de mi mamá en la ciudad ya me tenía los nervios de punta!!!) por que al mero principio estaba yo que me comia las uñas y los dedos también, y de no ser por que Alice estaba ahi seguro hubiera cometido alguna imprudencia de esas que sólo me salen con total maestría en eventos importantes como este.



Todo salió muy bien. Todos probamos el vino (me daba el aca de que no alcanzaran las copas... o peor aun que no alcanzara el vino!). Todos me dieron un abrazo muy fuerte y el de mi mamá fue el que más bonito se sintió. De cierto modo ella también estaba graduándose (finalmente llegaba a casa el título que faltaba! ese spot en la pared de la sala por fin sería llenado! y coño! la tesis era sobre su labor vinícola!), sus vinos fueron muy chuleados por todos. Finalmente luego de las copas, los abrazos y las felicitaciones, se acercó a mi el encargado de llevar mi proceso de titulación con la libreta maldita que tanto sufrí por llenar: La cartilla de titluación.

Estoy firmando el último formato!!!!

Creo que me costó trabajo relajarme después de que todo pasó, pero es de lo más normal, yo soy una histeriquita de lo peor. Cenamos en casa algunas viandas que preparé, mi mama trajo pescado ahumado de Ensenada, yo tenía ahi mi guardadito de aceitunas y jitomatitos deshidratados del rancho de Ivette, quesos y todas las botellas de vino que se salvaron de la depredación por nervio que tantas otras sufrieron. Mi papá derramó una que otra lagrimita y yo le seguí, hacemos buen equipo. Ya pasó, ahora si no hay pretexto para no pensar en que demonios proyecto me voy a embarcar ahora, surgen propuestas, algunas muy descartables otras muy tomables, surgen ideas y se concretan planes... son poquitas las certezas, pero no se necesitan muchas para echar a andar onda.

Ahora si dicen que ya tengo licencia. Ah saber para que!? lo bueno es que ya la tengo.

4 comentarios:

Marona dijo...

Enhorabuena!!!! Yo creo que ahora puedes relajarte y tomarte con calma lo de la próxima etapa.
Un abrazo!

Cuquita, la Pistolera dijo...

Yujuuu, muchas felicidades. Ahora eres toda una "lic". Perfecto. Y bueno, eso de que surjan dudas es completamente normal. Yo estoy casi casi en el mismo proceso, en unos meses es mi examen y no tengo ni la más remota idea de lo que haré después.
Disfrutemos el momento.
Un brindis por ti.

Madeleine dijo...

Felicidades!!!!

Fueron más los nervios que lo que pasó!!!!!

Saludos!!

Viviana en vivo dijo...

Ash. Y yo llegando tarde. ¡Felicidades! ¡Qué gran logro!
Se antojaron los vinitos, jeje.

Estoy segura que el camino que emprendas será el mejor para tí. Y si no...pues siempre se puede regresa. Todo es experiencia.

Saludos y un abrazo muy fuerte.