martes, 23 de septiembre de 2008

Anoche soñé contigo

En realidad fue anteanoche.
Luego de irte, soñaba casi a diario contigo. Una vez te vi caminando sobre la calle Ruiz con el mismo traje gris que te llevaste y con los zapatos bostonianos que me devolvieron en el crematorio. No entendí por qué los zapatos no podían ir contigo, digo el dicho decía que al cielo con todo y zapatos...

En el sueño yo me decía a mi misma -Debo estar soñando por que ya no está y ahora lo veo caminando en la Ruiz... Me refugiaba de tu mirada, no fuera a ser que el sueño se quebrara al vernos a los ojos. Me alcanzaste detras del hidrante que me servía de escondite, me tomaste la mano y caminamos juntos por esa acera de la Ruiz, frente a la pollería Rosita. No pregunté nada, dejé que, dentro del mismo sueño, éste caminara solo, que la película corriera hasta que el carrete acabara y se batiera haciendo ruido al dar la vuelta.

En otra ocasión soñé que estábamos juntos en la universidad donde dabas clases. Just as when i was a little girl y te acompañaba y olía gis y a plumón de pizarrón blanco. En el sueño yo no era pequeña, era yo, la yo de ahora. Estaba tan maravillada de verte vivo y hablando y verte bien a mi lado (sin la rigidez de tu mano que me hizo comprender que todo había cambiado y que no volvería a ser nunca igual), que de nuevo no quise volverme a cuestionar el cómo ni el porqué estábamos juntos en ese salón de clases. Un joven maestro muy guapo te/nos invitó a un auditorio a una plática informativa y foro de discusión sobre la reforma energética y a ti, que te encanta el argüende y la discusión acalorada, te fascinó la idea... De un momento a otro en el auditorio lleno de gente te perdí de vista, deje de tomar tu mano y entre tantas personas te busqué en vano, me entró la angustia, me desperté con el televisor encendido en uno de los foros de discusión televisado de la reforma energética...

Al llegar a tu casa a Ensenada dejé de soñar contigo. Comencé a adaptarme a mi nueva rutina. Soñaba otras cosas, ni recuerdo cuales la verdad... Pero hace dos noches fue muy claro que te soñé. Esta vez con tu gran sonrisa me explicabas que todo era una broma, un plan que perseguía un objetivo, me lo explicabas sonriente mientras firmabas la cuenta de tu propio funeral -Es puro pedo esto de que me morí chamaca, es sólo para protegerlas a ustedes- Nisiquiera me molesté en averiguar de qué demonios me protegías, lo importante es que era pura farsa y broma y asi se sentía mejor, al menos en el sueño.

Desperté y quise seguir durmiendo. Como era día de descanso fue fácil echarme a las cobijas de nuevo y no salir. Creo estoy tristeando y no me había dado chance de tristear así, por mamá, por que era demasiado, por que no me lo permití, no se por qué. Lo que ahora sé es que ya me di oportunidad de afirmarme que estoy echa un nudito, que todas las razones por las vine aca se reducen a una: te vine a buscar. Muy a pesar de que se supone que sé que ya no voy a hallarte, vine a ver si against all odds podía encontrarte y verte de nuevo.

Fat chance.

El otoño ha llegado otra vez.